Casa do Sear

Situada en un hermoso valle, esta casa de turismo rural se encuentra a 500 metros de la Playa de Areas (Bandera Azul), a 700 metros de la montaña, a 2 kilómetros de Sanxenxo. Además, está muy próxima a todos los pueblos de visita obligada en las Rías Baixas, como pueden ser Combarro, O Grove o Cambados. Adentrarnos en Casa do Sear es trasladarnos al pasado a través de unas paredes con más de cuatrocientos años de historia y, al mismo tiempo, es disfrutar de todas las comodidades de los tiempos modernos en los que vivimos. Cuenta con 6 habitaciones (de entre 25 y 40 metros cuadrados cada una) completamente equipadas con televisión, teléfono, hilo musical, calefacción, ventilador portátil, baño completo, secador de pelo y amenities. Además, la lencería, las toallas y los albornoces bordados, suaves al tacto y con olor a "hogar", el agua embotellada todos los días en la habitación y los desayunos caseros y abundantes son buenas pruebas de la dedicación y el cariño con el que la familia de Casa do Sear mima a sus viajeros. Aquí priman los pequeños detalles, el trato cercano y familiar -pero profesional- y un excelente servicio. A Casa do Sear no se viene simplemente "a pasar la noche", sino a "Vivir la Experiencia", a relajarte con uno de sus masajes al calor de la chimenea, a conectar con la naturaleza, a enamorarte de nuevo en una escapada romántica pensada solo para ti y tu pareja, a disfrutar con la familia aprovechando la oferta específica que tienen para los más pequeños de la casa o a activar los cinco sentidos a través de la gastronomía local preparada siguiendo las "Recetas de la Abuela". Además, su patio barroco es un acogedor rincón ideal para el encuentro y la charla, así como sus jardines son perfectos para el relax y la lectura en días soleados. Casa do Sear cuenta también con un herrero, un palomar de piedra (con palomas), una mina de agua, unos 150 metros de parra de uva albariño, así como con un pequeño pero cuidado huerto en el que poder encontrar lechugas, tomates y pimientos tipo Padrón. Sin duda, un enclave perfecto para un viaje de ensueño.